Así, como los mismos hinchas de Boca llamaron a lo que fue Gary Medel hoy, se puede caracterizar a este jugador, que a pesar de no haber participado demasiado del juego ofensivo en sí, estuvo muy afinado a la hora de definir.
A los 13' del primer tiempo, tras una muy tonta falta de Oscar Ahumada cerca del vértice del área grande desde el sector izquierdo de la cancha, de pelota parada Riquelme pudo conectar con el jugador chileno que fue al primer palo en una posición por poco adelantada, que el línea no alcanzo (o eso se cree) a ver. 1 a 0 para el club de la Ribera, que en adelante apuró de a poco a River, con un toque sutil de Riquelme por arriba del travesaño y una cuasi tijera de Martín Palermo, que no pasó a mayores.
En el complemento, los Xeneizes salieron al campo de juego como si estuvieran perdiendo, con un total empuje y dominio del partido. Tan así fue que a los 3 minutos tras una espectacular corrida de Monzón (caño incluido) y centro al ras del suelo, Gaitán la dejó pasar de caño y Medel de 3 dedos para clavarsela al lado del palo a Vega.
Después del segundo, Boca dejó jugar a los millonarios, que en todo el partido no contaron con la receta justa y la definición necesarias para emparejar el partido. Funes Mori contó con un mano a mano con García en el primer tiempo, pero el nerviosismo le ganó y definió feo, abajo y al medio. Luego, algún que otro golpe de cabeza, pero ningún peligro para el arco de Boca.
4 días después, la misma sensación en las tribunas y en la cancha. Papelitos, juego y descepción. Esta vez, como hace bastante tiempo, le tocó a River.
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